Vista Gutiérrez Amorós Oftalmólogos

Especialidades

Somos líderes en oftalmología con más de 50 años de experiencia. Especializados en prevención y diagnóstico, ofrecemos una amplia gama de servicios.

Nuestro compromiso con la excelencia se refleja en nuestra tecnología de vanguardia y en la confianza continua de nuestros pacientes.

Prevención y diagnóstico

La prevención y cuidado de nuestros ojos son una herramienta efectiva para mejorar la salud visual a largo plazo. Un diagnóstico correcto es la base del tratamiento. Permite ser eficaces y solucionar de la mejor manera cada problema.

Gracias a la experiencia de nuestros optometristas y oftalmólogos, así como por la tecnología, aparatos de pruebas y diagnósticos, somos los elegidos por los más exigentes.

Oftalmología general

La oftalmología es un campo amplio y que requiere de un extenso conocimiento para reconocer y tratar de forma correcta las diferentes patologías.
A diario nuestros oftalmólogos reciben pacientes con todo tipo de patologías.

La detección precoz y el tratamiento adecuado es un apartado primordial de nuestro trabajo.

El aumento reciente del problema del ojo seco en el mundo es un hecho. El uso continuado de dispositivos electrónicos y el estilo de vida actual, incluyendo la alimentación y el uso del tiempo libre, han contribuido a este incremento en la incidencia de esta patología. La asociación entre el ojo seco y otras afecciones que afectan a la superficie ocular resalta la importancia de detectar el origen de la enfermedad para poder encontrar el tratamiento más adecuado.

En Vista Gutiérrez Amorós, hemos sido pioneros en la búsqueda de soluciones y tratamientos para el ojo seco, siendo la primera unidad especializada en esta patología en España. Introdujimos el tratamiento con luz pulsada como parte de nuestra innovación en este campo, y continuamos añadiendo recursos a esta unidad para seguir avanzando en esta línea.

La cirugía refractiva consiste en un conjunto de procedimientos quirúrgicos que modifican la anatomía del ojo para corregir los defectos refractivos, permitiendo una mejor calidad de visión sin necesidad de gafas o lentes de contacto, adecuada para tratar la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo.

Según el grado de dioptrías y las particularidades oculares, es posible corregir el defecto refractivo mediante láser, lentes intraoculares o implantes de inlays.

El glaucoma es una de las principales causas de ceguera a nivel mundial y se caracteriza por una lesión progresiva del nervio óptico que conduce a la pérdida de visión.

La detección temprana de esta enfermedad mediante técnicas como la campimetría computerizada o la tomografía óptica de coherencia es crucial para prevenir la pérdida visual. Disponemos de diversos métodos para tratar esta afección, incluyendo el sistema láser Cyclo G6 y varias técnicas quirúrgicas que han experimentado avances significativos a lo largo de los años.

Láser SLT trabeculoplastia selectiva
La Trabeculoplastia Láser Selectiva o láser SLT es una novedosa opción terapéutica no invasiva para las personas que sufren un glaucoma, la primera causa de ceguera irreversible en el mundo.

La retina es el tejido neural que cubre la superficie interior del ojo, encargado de captar y transmitir los impulsos visuales a través del nervio óptico hacia el cerebro.

El vítreo es un gel que llena la parte posterior del ojo y está adherido a la retina en ciertos puntos. Tiene un papel relevante en las enfermedades retinianas debido a su contacto directo con la retina.

Entre las enfermedades que afectan a la retina y el vítreo, destacan:

  • – Degeneración macular asociada a la edad.
  • – Trombosis retiniana.
  • – Retinopatía diabética.
  • – Agujero macular.
  • – Edema macular quístico.
  • – Membrana epirretiniana.
  • – Retinosis pigmentaria…

La uveítis es la inflamación de la úvea, la capa media del ojo. La forma más común es la anterior, conocida como iritis, ya que generalmente afecta solo al iris.

Esta afección suele estar asociada con enfermedades autoinmunes y es más prevalente en personas jóvenes o de mediana edad. Los síntomas más habituales incluyen ojo rojo, fotofobia, dolor ocular y visión borrosa. Un diagnóstico rápido es fundamental para prevenir complicaciones como el glaucoma, la pérdida de visión y las cataratas.

Esta especialidad se dedica al estudio y tratamiento de la patología de la órbita (la cavidad que alberga el ojo) y los tejidos perioculares (párpados y vía lagrimal).

La cirugía de los párpados, conocida como blefaroplastia, se emplea para mejorar los signos de envejecimiento en esta área. Esto implica la eliminación del exceso de grasa y la corrección de la posición del párpado, ya sea hacia adentro o hacia afuera.

La ptosis palpebral, o párpado caído, puede requerir tratamiento en algunos casos para mejorar tanto la función visual como la estética. La obstrucción del drenaje lagrimal puede causar lagrimeo excesivo y aumentar el riesgo de infecciones.

En cuanto a la órbita, pueden presentarse tumores o procesos inflamatorios que requieran atención especializada. En pacientes que han perdido un ojo debido a traumas o tumores, se realizan intervenciones para facilitar la adaptación protésica y lograr el mejor resultado estético posible.

Los párpados desempeñan un papel crucial en el sentido de la visión, por lo que cualquier tratamiento relacionado con ellos debe ser realizado por un oftalmólogo especializado.

Además de proteger el ojo de posibles traumas, los párpados actúan como barrera frente a la luz solar y el ambiente. También se encargan de distribuir uniformemente la lubricación sobre la superficie ocular, manteniendo así la integridad de la barrera epitelial y previniendo infecciones en la conjuntiva o la córnea. Su correcto funcionamiento es esencial para preservar la visión.

Con el paso de los años, es común que se produzca un exceso de piel en los párpados, lo que no solo afecta al aspecto estético, sino que en ocasiones también puede provocar problemas funcionales. Algunos ejemplos incluyen la ptosis (caída del párpado superior), blefarocalasia (caída y descolgamiento de la piel sobre el párpado), entropión y ectropión (laxitud palpebral que puede causar el roce de las pestañas con la córnea o interferir con la lubricación), así como la formación de bolsas y arrugas.

La cirugía de los párpados es altamente valorada tanto por sus resultados estéticos como por sus beneficios funcionales.

Se considera que un paciente presenta baja visión cuando experimenta una limitación visual que le impide llevar a cabo ciertas actividades de su vida cotidiana.

Desde el punto de vista legal, se determina que un paciente tiene baja visión cuando, incluso con la mejor corrección óptica disponible, su agudeza visual es menor de 0,3 en el mejor de los ojos, o presenta un campo visual inferior a 20 grados.

Esta limitación visual puede ser el resultado de diversas patologías, como la degeneración macular asociada a la edad, el glaucoma o la retinopatía diabética. Aunque la baja visión no se considera una patología en sí misma y, por lo tanto, no tiene una cura específica, es crucial controlar la causa subyacente y actuar rápidamente con el paciente con el objetivo de potenciar su visión útil a través de técnicas de rehabilitación visual.

La unidad de Oftalmología Pediátrica y Estrabismo se dedica al diagnóstico y tratamiento de las afecciones visuales propias de la infancia. Entre estas afecciones se incluyen la ambliopía, el estrabismo y problemas congénitos que pueden afectar directa o indirectamente al sistema visual.

Se considera que un niño debe alcanzar una visión del 100% antes de los 5-6 años de edad. Por lo tanto, cualquier disfunción visual que se presente durante estos primeros años debe ser tratada para prevenir posibles secuelas visuales irreversibles.

Se recomienda que los niños con síntomas como frotarse los ojos, cefaleas o acercarse demasiado a los textos, así como aquellos con antecedentes familiares de problemas visuales graves, que puedan tener un componente hereditario, sean revisados durante el primer año de vida.

La neuro-oftalmología se especializa en el estudio de las estructuras que participan en la transmisión de la señal luminosa desde la retina hasta el cerebro.

El análisis del nervio óptico permite la detección de diversas enfermedades neurológicas, como la esclerosis múltiple o los tumores de la hipófisis. Pruebas como la tomografía de coherencia óptica o la campimetría computarizada son útiles para evaluar el estado del nervio óptico.

Las pruebas electrofisiológicas, como los potenciales evocados, permiten evaluar la integridad de la vía visual y son útiles en el diagnóstico de enfermedades desmielinizantes o neuropatías. El electrorretinograma, que registra la respuesta de los fotorreceptores y las células bipolares, puede verse alterado en pacientes con retinopatías tóxicas o enfermedades hereditarias de la retina, como la retinosis pigmentaria. Por otro lado, el electrooculograma evalúa el estado funcional del epitelio pigmentario de la retina, y puede mostrar alteraciones en casos de toxicidad medicamentosa o en pacientes con enfermedad de Best.

La córnea desempeña un papel crucial al permitir el paso de la luz desde el exterior hacia el interior del ojo, siendo así el primer medio refractivo natural junto con el cristalino. Es responsable de la formación nítida de las imágenes en la retina. La alteración de cualquiera de sus capas puede provocar opacidad o irregularidades en su curvatura, lo que puede resultar en una pérdida relativa de visión o incluso en ceguera. Dado que es el primer punto de contacto del ojo con el entorno, está especialmente expuesta a traumas o lesiones, que pueden requerir desde simples puntos de sutura hasta trasplantes de córnea en casos más graves.

Existen diversas enfermedades que pueden afectar a la córnea, como el herpes, queratitis bacterianas o víricas, el mal uso de lentes de contacto, degeneraciones marginales pelúcidas, distrofias, entre otras, si bien una de las más comunes es el queratocono.

El queratocono es una alteración ocular que implica un adelgazamiento progresivo en la zona central o paracentral de la córnea. Esto provoca un cambio en su forma de esférica a cónica, generando un astigmatismo irregular que distorsiona las imágenes y conduce a una disminución de la agudeza visual.

La catarata se produce cuando el cristalino pierde su transparencia, generalmente debido al envejecimiento, aunque también puede ser causada por traumatismos, algunas enfermedades sistémicas o el uso prolongado de ciertos medicamentos.

La cirugía de catarata implica la extracción del cristalino, con el objetivo de preservar la cápsula que lo rodea, seguida de la implantación de una lente intraocular.

Las modernas lentes intraoculares permiten corregir una amplia gama de defectos refractivos, como miopía, hipermetropía, astigmatismo y presbicia. Además, existen otras lentes que pueden ser útiles en pacientes con baja visión, ya que pueden magnificar o desplazar las imágenes mediante prismas para aprovechar las áreas de visión periférica en pacientes con pérdida de fijación central.

La cirugía de catarata es una de las intervenciones más comunes y exitosas en la actualidad.

Además, existe la opción de realizar la cirugía asistida por láser (femtosegundo), que reduce el tiempo quirúrgico, minimiza el estrés en el ojo y ofrece resultados refractivos predecibles. También reduce significativamente los riesgos intraoperatorios.